ONEKH, una antigua palabra del Levante Mediterráneo que antaño significaba Ónix, cobra todo su misterio de Naram-Sin, el primer rey de Mesopotamia y dios de la Luna.La ambivalencia intensamente negra y magnética del Ónix queda ilustrada de manera sublime por el Oud Malaccensis de Laos, un ingrediente más valioso que el oro, cuya aura es tan cautivadora y supernatural como la más negra de estas gemas. Este Oud natural con notas de cuero, animales y especiadas, da paso sin embargo a una cualidad sensualmente adictiva cuando se asocia con el Ládano y con la cálida Resina ambarina.